Chavarría, en el planeta del gol

El día después del golazo que le convirtió a Instituto, el delantero de Belgrano lo siguió disfrutando. Quiere jugar con la “B” en Primera.

“Resolví en el momento porque todo fue muy rápido. Cuando hice el primer enganche, pensé en pegarle con la zurda, pero al final enganché de nuevo para la derecha. Vi que el arquero me tapaba el primer palo, traté de cruzarla y, por suerte, me salió bien”. Contado por Pablo Chavarría, el gol que le hizo a Instituto parece “una papita”, cosa de rutina. Pero lo que se vio en la cancha o por TV fue, en realidad, un gol de otra categoría, que a Belgrano le sirvió para llevarse un clásico más ante Instituto.

El día después, el delantero pirata, que fue premiado por este diario con el Estímulo 2008, recibió a La Voz del Interior en su departamento de Nueva Córdoba. Entre la gaseosa y las galletitas que convidó su novia Gisela, el pibe todavía saboreaba el triunfo y la repercusión de su gol (se cansó de recibir llamados de distintos medios). Allí ratificó que los clásicos le caen bien: ya le había convertido un golazo a Talleres, en la fecha 11ª, y ahora repitió ante la Gloria.

–¿Cuál gritaste más?

–A los dos los grité igual, pero con este último me fui más contento porque sirvió para sumar tres puntos muy necesarios.

–La sensación es que Belgrano sufre para ganar porque le falta fútbol...

–El equipo no tiene un fútbol lucido como muchos pretenden, pero la actitud y el sacrificio que le metemos son muy buenos. Además, creo que mejoramos bastante con respecto a los últimos partidos del torneo pasado. Con All Boys no habíamos tenido situaciones de gol, pero ahora sí. Lo que pasó con Instituto fue que la expulsión del “Chango” (Cárdenas) nos llevó a meternos muy atrás. Ellos atacaron mucho, pero la defensa y Olave jugaron un partido bárbaro. Podríamos haber metido una contra para definirlo antes, pero no se dio.

–Por todo lo que se juegan, ¿sólo importa ganar?

–Ganar es muy importante. Fijate que, cuando se gana, nadie se fija mucho en lo demás. Pero, cuando se crean muchas situaciones y, sin embargo, no ganás, como nos pasó frente a Unión, ahí sí aparecen muchas críticas y se nota más lo que nos falta. Pero todos queremos mejorar y sabemos que al equipo le falta fútbol.

–¿Te sentís cómodo recibiendo pelotazos?

–Me siento cómodo así porque me tiro atrás de los laterales y la pelota casi siempre me llega para que la agarre en velocidad. Con Héctor (Cuevas) nos movemos por todo el frente de ataque. Si él está por el centro del área, yo me tiro por afuera; y si él va por las bandas, yo tengo que llegar por el centro.

El pago y “la Joya”
En Las Perdices, el pueblo del que es oriundo Chavarría, lo siguen de cerca. “Apenas terminó el partido tenía muchos mensajes de amigos y conocidos de mi pueblo. Siempre me mandan la mejor onda”, aseguró.

Pero Chavarría también extraña a Matías “la Joya” Suárez, hoy en el Anderlecht belga. Jugaron juntos en inferiores, pero en primera la chance no se dio.

“Soy muy amigo de Matías, hablamos siempre. Hubiera sido muy lindo jugar con él en primera. Apenas compartimos una pretemporada y algunos partidos de práctica, antes de mi lesión. Todavía no se dio lo de poder jugar juntos en Belgrano, pero algún día se va a dar”, dijo.

El futuro

–¿Pensás que, si seguís creciendo como jugador, vas a tener la posibilidad que tuvo Suárez?

–Sólo pienso en Belgrano, en serle útil al equipo y en estar entre los 11 siempre. Antes me conformaba con estar entre los 18 que concentran para los partidos, ahora quiero estar entre los 11. Lo principal es lograr el ascenso, porque me gustaría mucho jugar con Belgrano en Primera.

–Para ser local, ¿Alberdi o el Chateau?

–A mí me gusta más jugar en Alberdi y sentir el aliento de la gente cerca. Para mí el aliento siempre es positivo. Lo que sí reconozco es que nos está costando un poco por la ansiedad de querer hacer rápido un gol. Todavía no pude hacer ningún gol en el Gigante, pero espero que se me dé pronto.

Gentileza. La Voz del Interior.