Belgrano tiene una fórmula que la repite y parece que contra Instituto le sale a la perfección: saca una ventaja, le da la pelota al rival, aguanta como puede y termina ganando el clásico. Y ayer basó su triunfo en dos jugadores claves. Pablo Chavarría y Juan Carlos Olave, sobre todo, fueron las grandes figuras de un partido que fue emotivo.
El Pirata ganó 1 a 0 sin sobrarle nada. Quizá el resultado más justo era un empate, pero en el fútbol la palabra justicia va de la mano de la efectividad. Si no convertís lo que generás, terminás pagándolo caro. Y, encima, para Belgrano fue más festejado el triunfo porque jugó casi todo el segundo tiempo con un hombre menos producto de la expulsión de José Cárdenas.
Un feliz cumpleaños. "Juanca" Olave tuvo ayer un día muy especial. Además de tener una actuación fenomenal y festejar por haber ganado el clásico, ayer fue su cumpleaños número 33. ¿Qué otra cosa podría haber soñado el arquero celeste a la hora de pedir un deseo en el momento de soplar las velitas de la torta? Quizá sí, uno más ambicioso: ascender con Belgrano.
Pero en lo inmediato, lo que hizo ayer Olave fue nada más y nada menos que ratificar su espectacular momento en lo futbolístico. En 21 partidos jugados (no faltó a ninguno en este torneo), sólo le hicieron 13 tantos. Tiene un promedio de 0,61 gol por partido. Sin lugar a dudas, es el mejor arquero de la Primera B Nacional.
Ayer tuvo bastante trabajo. A los 16 minutos del primer tiempo sacó una pelota abajo, luego de un cabezazo de Morales Neumann. En el segundo tiempo, a los 30 se tuvo que revolcar para tapar un disparo rasante de Cardozo. A los 32, "Moralito" probó desde lejos y el arquero celeste sacó el balón al tiro de esquina. Luego, a los 36, también desde fuera del área remató Cardozo y otra vez Olave desvió la trayectoria que buscaba el gol. Sobre el final tuvo otra intervención. Esa vez fue con sus puños para despejar un centro muy peligroso.
Los años, para Olave, no vienen solos. Ayer llegó a los 33 con una gran actuación que ayudó a su equipo para escalar al segundo puesto de la tabla de posiciones. Si hoy finalizara el torneo, el Pirata tendría que jugar un partido desempate con Aldosivi para definir el segundo ascenso a la Primera División.
Un gol de otra categoría. Además de Olave, el otro jugador diferente de la tarde-noche lluviosa del Chateau Carreras fue Pablo Chavarría. En el primer tiempo, el delantero de Belgrano hizo lo que quiso por el sector izquierdo de la defensa de Instituto, donde lo padecieron Tomás Charles y Facundo Torres. Lo grave para la Gloria fue que siempre hizo lo mismo y ganó casi sin oposición. Tiraba la pelota larga y pasaba a su marca con velocidad por afuera.
Pero lo mejor estaba por venir. A los 31 minutos de la primera etapa, Martín Pautasso tiró la pelota larga para Chavarría. El atacante tenía encima la marca de Charles en el límite del área grande. Cuando le llegó el balón, le cambió la dirección con el taco, se perfiló para su pierna izquierda y volvió a enganchar, con caño incluido al defensor albirrojo, la pelota le quedó para la derecha y remató con toda potencia para establecer el 1 a 0. Un golazo que hizo estallar a los mojados hinchas piratas y que merece estar entre los mejores del fin de semana en el fútbol argentino.
En el segundo tiempo, como Belgrano se quedó con un hombre menos y se paró de contragolpe, quedó muy solo arriba. Sin embargo, pudo haber liquidado el clásico en una contra.
¿Y qué pasó con Instituto? Tuvo la pelota casi todo el partido, pero careció de profundidad para llegar al empate que mereció. Además se topó con un Olave impasable y mostró, una vez más, grandes problemas en la parte defensiva, sobre todo en el sector izquierdo.
Otra vez el clásico fue para Belgrano porque ganó en las dos áreas: en la propia con Olave y en la ajena con Chavarría.
Genileza. La Voz del Interior
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