¿Es realmente Marcelo Berza el único responsable de que Belgrano haya perdido ante Platense? Cometió un error, pero son once los que entran a la cancha.
La Mañana de Córdoba.
A Marcelo Berza lo pidió Mario Gómez y se lo trajeron. Jugó mucho, toda la segunda rueda del certamen pasado en un nivel regular. Permaneció para esta temporada bajo la batuta de Dalcio Giovagnoli, fue titular indiscutido hasta que el entrenador rosarino consideró que el defensor no le estaba dando lo que él pretendía.
Es más, se especulaba que Berza tenía las horas contadas en Belgrano, de que no iba a seguir en el club más allá de diciembre de 2008. Pero nada de eso sucedió, no hubo bajas de esa magnitud en el plantel.
Pero ya no era lo mismo. De hecho hubo partidos en los que ni iba al banco de suplentes. No obstante, bastó que Giovagnoli se fuera (o lo fueran) para que el sanjuanino tuviera una nueva oportunidad. Y vaya si lo consiguió.
La dupla Daniel Primo-Germán Martellotto lo hizo “revivir” y Omar Labruna pensó que era el hombre ideal para hacer la línea de tres en el fondo que tanto pregonó.
Pero hubo un partido donde Berza tuvo activa participación de la debacle celeste; ante Atlético en Tucumán. Allí perdió 3 a 1 y los tres goles del “Decano” llegaron por errores de Berza aunque claro está, el que pierde los partidos es el equipo y no sólo un jugador.
Contra lo que se podía esperar, Labruna redobló la apuesta por Berza. En el partido posterior (con Quilmes) lo llevó entre los suplentes y cuando ingresó, una estruendosa silbatina bajó de los cuatro costados del Gigante reprobando al ex Gimnasia de Jujuy quien en declaraciones a Radio Impacto (con el único medio que habla según su elección) sostuvo que hizo oídos sordos.
Luego, Berza tuvo destacadas actuaciones como último hombre, lo que podría considerarse un logro de Labruna. Claro, hasta el sábado pasado donde un yerro suyo posibilitó que Platense a poco del final se quedara con el partido.
Por eso: ¿es Berza el responsable de la derrota? En parte sí, porque siendo el líbero no debía fallar y le pifió a la pelota. ¿Entonces también es el único culpable? No. Las culpas se reparten entre todos: jugadores y cuerpo técnico por igual.
Desde ese punto de vista, ¿Labruna es responsable por aguantar a Berza en el equipo? Si Berza hubiera sido figura y se destacaba como venía sucediendo, Labruna pasaría a ser el responsable de que el defensor tenga un momento soñado en lo deportivo. Pero el técnico no juega y tampoco pone un jugador pensando que se va a equivocar.
Si Belgrano perdió el sábado un partido que no debía perder, se debió también a la imposibilidad de convertir lo poco que generó. Si perdió, también se debió a que no pudo mantener durante 90 minutos un nivel que lo llevó a saberse superior por momentos.
Y si perdió también se debió a los cambios. Así como Labruna acertó las variantes en el triunfo contra Olimpo, los cambios que realizó el pasado sábado no le dieron el mismo efecto. Por eso, el público no debería caerle otra vez con todo a Berza para demostrarle su enojo.
Será momento de apoyar más que nada.
Es más, se especulaba que Berza tenía las horas contadas en Belgrano, de que no iba a seguir en el club más allá de diciembre de 2008. Pero nada de eso sucedió, no hubo bajas de esa magnitud en el plantel.
Pero ya no era lo mismo. De hecho hubo partidos en los que ni iba al banco de suplentes. No obstante, bastó que Giovagnoli se fuera (o lo fueran) para que el sanjuanino tuviera una nueva oportunidad. Y vaya si lo consiguió.
La dupla Daniel Primo-Germán Martellotto lo hizo “revivir” y Omar Labruna pensó que era el hombre ideal para hacer la línea de tres en el fondo que tanto pregonó.
Pero hubo un partido donde Berza tuvo activa participación de la debacle celeste; ante Atlético en Tucumán. Allí perdió 3 a 1 y los tres goles del “Decano” llegaron por errores de Berza aunque claro está, el que pierde los partidos es el equipo y no sólo un jugador.
Contra lo que se podía esperar, Labruna redobló la apuesta por Berza. En el partido posterior (con Quilmes) lo llevó entre los suplentes y cuando ingresó, una estruendosa silbatina bajó de los cuatro costados del Gigante reprobando al ex Gimnasia de Jujuy quien en declaraciones a Radio Impacto (con el único medio que habla según su elección) sostuvo que hizo oídos sordos.
Luego, Berza tuvo destacadas actuaciones como último hombre, lo que podría considerarse un logro de Labruna. Claro, hasta el sábado pasado donde un yerro suyo posibilitó que Platense a poco del final se quedara con el partido.
Por eso: ¿es Berza el responsable de la derrota? En parte sí, porque siendo el líbero no debía fallar y le pifió a la pelota. ¿Entonces también es el único culpable? No. Las culpas se reparten entre todos: jugadores y cuerpo técnico por igual.
Desde ese punto de vista, ¿Labruna es responsable por aguantar a Berza en el equipo? Si Berza hubiera sido figura y se destacaba como venía sucediendo, Labruna pasaría a ser el responsable de que el defensor tenga un momento soñado en lo deportivo. Pero el técnico no juega y tampoco pone un jugador pensando que se va a equivocar.
Si Belgrano perdió el sábado un partido que no debía perder, se debió también a la imposibilidad de convertir lo poco que generó. Si perdió, también se debió a que no pudo mantener durante 90 minutos un nivel que lo llevó a saberse superior por momentos.
Y si perdió también se debió a los cambios. Así como Labruna acertó las variantes en el triunfo contra Olimpo, los cambios que realizó el pasado sábado no le dieron el mismo efecto. Por eso, el público no debería caerle otra vez con todo a Berza para demostrarle su enojo.
Será momento de apoyar más que nada.
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