Lo ganó de carambola

Hugo Caric
La Voz del Interior.

De entrada quedó claro que Instituto iba a extrañar demasiado a Faurlin. Ni Lázaro al principio, ni Croce más tarde, ni Cardozo en el final lograron darle a la Gloria esa impronta que lo distingue como uno de los equipos con mejor intención de juego de la B Nacional. Sin una referencia clara en la mitad de la cancha, el albirrojo pecó por acelerado la mayoría de las veces y fue previsible en otros pasajes, y jamás logró emerger de la imprecisión. Ante un adversario voluntarioso, aunque mínimo, careció de inventiva para que no todo dependiera de las corridas de Romero y de Morales Neumann. Para colmo, la expulsión de Lázaro, a los 40 minutos, lo privó de su lanzador más inspirado.

Una apuesta de riesgo. A los 8 minutos del segundo tiempo, Ghiso pateó el tablero. Entró Concistre por Charles (delantero por defensor), junto a Croce y Cardozo, paró a Romero más atrás y dejó a dos defensores para aguantar lo que viniera. La variante terminó siendo más suicida que audaz, porque la Gloria no sólo se expuso al cachetazo sino que perdió el dominio del balón.

Un gol, tres puntos. A los 23 minutos del complemento, Ghiso sacó a Croce y metió a Torres para abrir la cancha por izquierda. Al final, el ex CAI fue partícipe necesario en la jugada que terminó en gol de Concistre. Instituto no tuvo una noche inspirada pero encontró el premio mayor en una carambola. En el fútbol, se sabe, todos los goles valen uno.