Un tiempo bien, otro mal y una caída inesperada

Nada tuvo que ver el Belgrano del segundo tiempo, desperdigado en la cancha, largo, sin aptitud para quitarle la pelota a Platense y sostenerla, con el que en el primero, sin ser una maravilla, pegó dos tiros en los palos y mandó sobre la cancha.

Daniel Guiñazú
La Voz del Interior.

Como si las mismas camisetas hubieran sido habitadas en cada etapa, por jugadores diferentes, la “B” le puso dos caras al partido. Una lo arrimó a la victoria. La otra, lo condenó a la derrota, que lo alejó un poco más de los de arriba, de esos que pelean por el premio mayor de llegar a Primera sin escalas de promociones. Hoy, después de la caída, el Pirata quedó a cinco de Atlético Tucumán y no pudo aprovechar la derrota de Chacarita, del cual lo separan siete puntos a seis fechas del final del torneo.

Bien arriba. En el arranque, Belgrano se plantó con ambiciones. La defensa achicó espacios casi hasta la mitad de la cancha y los volantes ganaron el balón y, por los costados, se arrimaron al área calamar. Martín Pautasso pasó por encima de la marca de Nicolás Torres y desde la derecha, llevó al equipo adelante. Además, hubo libertad para que César Mansanelli manejara la pelota. Leandro Becerra lo sacó a pasear a Marcelo Scatolaro por todos lados y tanto Andrés Soriano como Pablo Chavarría impusieron su velocidad ante una defensa rústica e insegura.

Bien atrás. Sin embargo, todo aquello que la “B” hizo bien en el comienzo, dejó de hacerse luego. En el segundo tiempo, Platense impuso su juego desmañado pero fervoroso porque Belgrano no lo apretó por ninguna parte. Los defensores se plantaron casi al borde del área grande, el medio perdió el gobierno de las acciones y también optó por el repliegue, y los delanteros quedaron aislados, librados a su suerte. Labruna movió las piezas para reavivar la estructura, pero no hubo caso. El equipo nunca pudo salir de su inexpresividad y terminó perdiendo sin remedio.

Comentarios