martes, 5 de mayo de 2009

La descarga llegó al final


Marcos Russo
La Voz del Interior

Pese a la ventaja deportiva de jugar con uno más y al 1-0 sobre Talleres, los hinchas de Instituto debieron esperar hasta el final del partido para aliviarse. A los 48m30s del segundo tiempo, los movimientos de los brazos de los hinchas, con el inequívoco ademán de que el tiempo estaba cumplido, era un mensaje que tenía como destinatario al árbitro Cristian Faraoni. El pitazo final hizo explotar al Monumental, que además del sonido que le ponían las 23 mil personas, se juntaba con el abrazo interminable de los jugadores y los fuegos artificiales que iluminaron el cielo de Alta Córdoba.

El local disfrutaba de una fiesta que había preparado a la perfección. El ingreso del equipo había dibujado un paisaje extraordinario. El color que ponían las candelas de humo y los papelitos suspendidos en el aire, que parecían no querer bajar, tenía de fondo a las tribunas repletas.

Y el público jugó su partido y vaya si tuvo influencia. Por los insultos y gestos de Sebastián Cobelli hacia la hinchada, Talleres se quedó con uno menos.

El hit más escuchado fue el que mezcla la cumbia Se parece más a ti, de Jambao: "Vamos albirrojos, te vinimos a ver. Vamos albirrojos no podemos perder. Vos sos la alegría, de mi corazón. Te queremos ver campeón". Pero la actuación del equipo hizo mermar el entusiasmo y aparecieron los reclamos. A los 36, a Alejandro Faurlin le quedó una pelota fuera del área y todo el mundo pedía: "pegale". El pase lateral del volante hizo enfurecer a más de uno y no faltó el que pidiera el reemplazo del "11".

¿De qué se habrá disfrazado ese hincha, cuando en el complemento Faurlin clavó el gol del triunfo? La mano detrás del oído, en el festejo, iba dedicado a quienes lo resistían. Pese a que la "T" no generó mucho, la diferencia era mínima y cuando Faraoni lo concluyó, se soltó el festejo: "Volveremos a ser gloriosos, el Glorioso cordobés".

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