viernes, 22 de mayo de 2009

La "B" no se jugó una final


Belgrano, que no tuvo actitud ni juego, cayó 2-1 con Almagro, que lucha por la permanencia.

Daniel Guiñazú
Especial desde Buenos Aires
La Voz del Interior.

La previa indicaba que si Belgrano ganaba se ponía a un punto de Chacarita, pero la “B” nunca asumió el partido con la audacia imprescindible para llevarse los tres puntos, tampoco se acomodó en la mitad de cancha, rara vez pudo manejar la pelota y no tuvo relieve individual. Aun así pudo haber empatado con el remate de Leandro Becerra que estalló en el poste izquierdo de José Ramírez. Pero hubiera sido un engaño... Belgrano jugó mal y perdió bien, por 2-1, ante un Almagro que hizo mejor las cosas.

Nunca quedó en claro qué es lo que vinieron a hacer los celestes. Belgrano jugó como si la condición de visitante fuera un dato desfavorable y, en realidad, en José Ingenieros no hubo el clima de un partido determinante para la suerte de ambos. Aún así, el Pirata salió con cinco volantes que no le sirvieron de nada porque nunca pudo manejar la pelota ni elaborar juego y, cuando la tuvo Almagro, nunca la pudo recuperar.

Ya en el primer tiempo quedó en claro la equivocada disposición de hombres que hizo Omar Labruna en la mitad de la cancha. Aldecoa nunca encontró su lugar como volante adelantado por la derecha; Mansanelli y Becerra no gravitaron como otras veces, que se desprendían en ataque, y la doble punta de lanza no fue tal porque Bustos arrancaba de atrás y Cuevas quedaba solo.

Con poco, Almagro empezó enseguida a mandar en la mitad a partir de una mejor distribución de sus hombres y la movilidad que mostraba en el medio con Viturro, Rivero y Junco, y la potencia de Cristian Cayetá.

El déficit del juego de Belgrano fue constante, ni siquiera lo pudo modificar después del primer gol de Cayetá, a los 34 minutos del primer tiempo, a tal extremo que la única llegada de peligro fue un tiro libre de Bustos que pegó en un poste.

Advertido de su propio error, Labruna metió mano en el entretiempo, sacó a Aldecoa, metió a Soriano, que justificó rápido su ingreso con su gol a los dos minutos del complemento.

Daba la impresión que Belgrano reaccionaría y por fin encontraría el juego que no había tenido hasta ahí. Pero resultó un espejismo. Almagro apretó los dientes, continuó corriendo más, jugando mejor y siguió aprovechando que Belgrano había perdido otra vez la pelota.

El segundo gol de Cayetá, luego de un rebote de Olave, fue el punto culminante de este repunte de Almagro y del declive de Belgrano, que fue tan profundo que ni siquiera los tres delanteros (ingresó Chavarría) pudieron modificar.

Almagro sí tuvo más situaciones para aumentar y redondeó una victoria en un partido que pareció ser clave sólo para los de José Ingenieros.

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