Tras el malogrado penal ante Talleres, el delantero de Instituto, Lucas Concistre, cuenta el porqué de sus lágrimas y dice que va a seguir “batallando” para jugar.
Marcos Villalobo
La Mañana de Córdoba.
Era su posibilidad y por eso pidió patearlo. Cambiar una historia que se le presenta adversa, a pesar de la buena predisposición. Sin embargo, el penal fue atajado y no pudo conectar bien el rebote. Por eso la bronca, el llanto y el silencio. El delantero de Instituto, Lucas Concistre, decidió romper ese silencio y en LA MAÑANA contó cómo vivió ese momento, tras malograr el penal ante Talleres. “Fue un momento muy difícil. Había entrado bien y si no erraba el penal, se hubiese cerrado el partido. Fue una tensión, vivir esos 30 minutos que quedaban del partido, sufriendo”.
La historia en la “Gloria” para el “Pelado” parece seguir siendo adversa. “Es difícil estar afuera, pero somos 30 en el grupo. Voy a seguir trabajando, si no es más complicado jugar. El equipo está jugando bien y me la tengo que bancar”, dice.
- ¿Cómo es tu relación con el entrenador?
- Es muy buena, tenemos mucho diálogo. El día que me vio mal, me vino a apoyar y entendió mi situación. Fue de los primeros que se acercó a darme una palabra de aliento. Además, me felicitó por el partido que había hecho, más allá del penal.
- A propósito, tus compañeros también salieron a respaldarte.
- El apoyo de mis compañeros es incondicional. El que yerra penales es porque se anima a patearlos. Erraron grandes jugadores, no voy a errar yo...
- ¿Esperás una rápida revancha?
- Seguro, si no no estaría acá. Estoy dejando a mi familia, que es la que más sufre cuando las cosas no salen. Me estoy matando por la revancha y demostrar en los entrenamientos que estoy para jugar. Nos quedan siete finales y ninguno de nosotros se tiene que relajar. Yo voy a seguir batallando para jugar.
Viaje a Bahía. A las 13.30 en un vuelo charter, que le costó al club unos 20 mil pesos, parte la delegación albirroja rumbo a Bahía Blanca para el partido de mañana, a las 18, ante Olimpo. “Esperemos que los hinchas vayan a despedirlos”, dijo el presidente “glorioso”, Juan Carlos Barrera.
La historia en la “Gloria” para el “Pelado” parece seguir siendo adversa. “Es difícil estar afuera, pero somos 30 en el grupo. Voy a seguir trabajando, si no es más complicado jugar. El equipo está jugando bien y me la tengo que bancar”, dice.
- ¿Cómo es tu relación con el entrenador?
- Es muy buena, tenemos mucho diálogo. El día que me vio mal, me vino a apoyar y entendió mi situación. Fue de los primeros que se acercó a darme una palabra de aliento. Además, me felicitó por el partido que había hecho, más allá del penal.
- A propósito, tus compañeros también salieron a respaldarte.
- El apoyo de mis compañeros es incondicional. El que yerra penales es porque se anima a patearlos. Erraron grandes jugadores, no voy a errar yo...
- ¿Esperás una rápida revancha?
- Seguro, si no no estaría acá. Estoy dejando a mi familia, que es la que más sufre cuando las cosas no salen. Me estoy matando por la revancha y demostrar en los entrenamientos que estoy para jugar. Nos quedan siete finales y ninguno de nosotros se tiene que relajar. Yo voy a seguir batallando para jugar.
Viaje a Bahía. A las 13.30 en un vuelo charter, que le costó al club unos 20 mil pesos, parte la delegación albirroja rumbo a Bahía Blanca para el partido de mañana, a las 18, ante Olimpo. “Esperemos que los hinchas vayan a despedirlos”, dijo el presidente “glorioso”, Juan Carlos Barrera.
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